If White Supremacists Secede, Will POC Follow?

By ROBERTO Dr. CINTLI RODRIGUEZ

(Vea la versión en español a continuación.)

If the current White House occupant were to lose the presidential election and refuses to step down, would his cult followers respond with a violent uprising? At minimum, we know they are on “standby.”

Akin to the breakup of the Soviet Union, could this also spell the “end of America?”

Some observers have speculated that his white supremacist followers have, in effect, already seceded from the nation (What could upset this political apple cart even further is if he were to succumb to COVID 19).

What of the opposite? What if he is thrashed at the polls, but again “wins” via the Electoral College, but this time, his opposition refuses to accept such a verdict? Also, what if Indigenous-Black-Brown peoples decide to secede from the nation, peoples that have historically been treated as “enemy others?” One only need to examine all of the nation’s critical indices – especially during the pandemic and the continued state violence and hate crimes with impunity against them, plus the reprehensible school to prison pipeline – to understand this rationale. Also, the denial of the UN-guaranteed right to teach their own histories, languages and cultures, accentuates this sub-human status.

Certainly, the rise of the Orange Madman and his white supremacist misogynist cult have caused people to question why peoples pledge loyalty to a nation that is not loyal to, and often wars against, them.

And yet, this secession talk is actually coming from his own base. Providence, Manifest Destiny and American Exceptionalism guides them, and it is they who fear displacement from their “God-ordained” lands. Apparently God is not Red, Black or Brown.

In regards to Chicanos specifically, the right-wing has had them seceding for decades now via Aztlan, “the original Homeland of the Aztecs,” and the “Reconquista.” In terms of Chicanos themselves, the dream of Aztlan was very much a 1960s-1970s thing, though it amounted more to a poetic/cultural/spiritual expression than to a widespread political movement.

However, as a result of the way this country has treated peoples of Mexican/Central American origin recently, such talk is on the rise again. What propels it is their continued silencing and invisibilization in virtually all matters in this country. Add to that children in cages and ICE’s hunter battalions, that continually wreak havoc in these communities, and this adds fuel to this fire. Due to such abuses, the social contract between Peoples of Color and government arguably has been null and void for decades now. The MAGA slogan is that reminder. When “America was great” was during the worst of times for POCs.

Is an Aztlan nation possible? Years ago, in speaking to a well-respected native elder about this, his advice was not to go it alone. It is difficult to disagree; if it is not an Indigenous-based project, it would be destined for failure. It appears that the idea of self-determination and sovereignty clash here, though not necessarily.

One of the reasons the idea of Aztlan does not work for some is because what is usually proposed is a nation that uses the territory of what was once Mexico’s Northwest, which was militarily stolen after the 1846-1848 US-war against Mexico. However, those borders also correspond to the former “New Spain,” which are artificial and colonial and do not actually correspond to Aztlan. Aztlan, purportedly was a location somewhere North of Mexico City-Tenochtitlan. Many Mexican archeologists locate it in Mexcatitlan, Nayarit, whereas Chicanos have long pointed to somewhere in the US Southwest – much of it which remains Indigenous lands. In the 1847 Disturnell Map, attached to the 1848 Treaty of Guadalupe-Hidalgo, which ended that war, an “Antigua Residencia de los Aztecas” notation appears to be located in Utah. Many older maps actually pinpoint the Salt Lake region. However, it is problematic for some because, per the codices, Aztlan was actually a place of oppression; that’s why people fled from there. Despite this, many refer to what was formerly Mexico, now the US Southwest, as Aztlan, which is actually a different idea.

Despite this, if done jointly and as co-equals, all of these objections could perhaps be overcome. Perhaps a different kind of nation with a different geography, organized differently and perhaps with a different name, such as: Nación Xicana or Nación Mazehual could emerge? Also, if it involved an Indigenous-Black-Brown based-nation, the dynamics would be different. What could also result is that rather than a new geographical nation, a broad coalition of progressive forces, which could include Indigenous-Black-Brown peoples, could perhaps rebuild the current nation.

Sounds radical, but less so than subjecting peoples to permanently living in this country as less than full human beings, without full human rights and as “enemy outsiders.” What’s even more radical is sitting around waiting for one’s fate to be determined by White supremacists and their dear C-19-infected leader, as opposed to these communities plotting out their own future(s).

Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014) and “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019). Email XColumn@gmail.com.

Si los Supremacistas Blancos se separan, ¿Seguirán los Pueblos de Color?

Por ROBERTO Dr. CINTLI RODRIGUEZ

Si el actual ocupante de la Casa Blanca perdiera las elecciones presidenciales y se niega a dimitir, ¿responderían sus seguidores cultistas con un levantamiento violento? Como mínimo, sabemos que están en "espera".

Similar a la desintegración de la Unión Soviética, ¿podría esto también significar el "fin de América"?

Algunos observadores han especulado que esos cultistas en efecto, ya se han separado de la nación (lo que podría alterar aún más este balance pólitico es si sucumbiera al COVID 19).

¿Qué pasa si lo contrario ocurre? ¿Qué pasa si lo golean en las urnas, pero nuevamente “gana” vía el Colegio Electoral, pero esta vez, su oposición se niega a aceptar tal veredicto? Además, ¿qué pasa si los pueblos Indígenas-AfroAmericanos y de la Raza deciden separarse de la nación, pueblos que históricamente han sido tratados como "enemigos”y “otros"? Solo es necesario examinar todos los índices críticos de la nación, especialmente durante la pandemia y la continua violencia estatal y los crímenes de odio con impunidad en su contra, además de los nexos entre de las escuelas a la prisión, para comprender esta justificación. Además, la negación del derecho garantizado por la ONU a enseñar sus propias historias, idiomas y culturas, acentúa este estatus infrahumano.

Ciertamente, el surgimiento del president racista y su culto misógino supremacista blanco han hecho que la gente se pregunte por qué los pueblos prometen lealtad a una nación que no es leal a ellos y que a menudo guerrea contra ellos?

Y, sin embargo, esta charla de secesión en realidad proviene de su propia base. La Providencia, el Destino Manifiesto y el Excepcionalismo Estadounidense los guían, y son ellos los que temen el desplazamiento de sus tierras “ordenadas por Dios”. Aparentemente, Dios no es de color de rojo, negro o de bronze.

En lo que respecta a los Chicanos específicamente, la derecha pólitica los ha tenido separándose durante décadas, a través de Aztlán, "la patria original de los aztecas" y la "Reconquista". En términos de los propios Chicanos, el sueño de Aztlán era mucho más una cosa de los años sesenta y setenta, aunque equivalía más a una expresión poética / cultural / espiritual que a un movimiento político generalizado.

Sin embargo, como resultado de la forma en que este país ha tratado a los pueblos de origen Mexicano / Centroamericano recientemente, este tipo de conversación está aumentando nuevamente. Lo que lo impulsa es su continuo silenciamiento e invisibilización en prácticamente todos los asuntos de este país. Agregue a eso los niños en jaulas y los batallones de cazadores de ICE (la migra), que continuamente causan trauma en estas comunidades, y esto agrega más leña a este fuego. Debido a tales abusos, el contrato social entre los pueblos de color y el gobierno posiblemente ha sido nulo y sin valor durante décadas. El lema de MAGA (“Make America Great Again”) - es ese recordatorio. Cuando "Estados Unidos fue genial" fue durante el peor momento para los pueblos de color.

¿Es posible una nación Aztlán? Hace años, al hablar con un anciano nativo muy respetado sobre esto, su consejo fue no hacerlo solo. Es difícil estar en desacuerdo; si no es un proyecto de base Indígena, estaría destinado al fracaso. Parece que la idea de autodeterminación y soberanía chocan aquí, aunque no necesariamente.

Una de las razones por las que la idea de Aztlán no funciona para algunos es porque lo que generalmente se propone es una nación que usa el territorio de lo que alguna vez fue el noroeste de México, que fue robado militarmente después de la guerra de Estados Unidos de 1846-1848 contra México. Sin embargo, esas fronteras también corresponden a la antigua “Nueva España”, que son artificiales y coloniales y en realidad no corresponden a Aztlán. Aztlan, supuestamente era un lugar en algún lugar al norte de la Ciudad de México-Tenochtitlan. Muchos arqueólogos Mexicanos lo ubican en Mexcatitlán, Nayarit, mientras que los Chicanos han apuntado durante mucho tiempo a algún lugar del suroeste de los Estados Unidos, gran parte de los cuales siguen siendo tierras Indígenas.

En el Mapa Disturnell de 1847, adjunto al Tratado de Guadalupe-Hidalgo de 1848, que puso fin a esa guerra, una notación de “Antigua Residencia de los Aztecas” parece estar ubicada en Utah. Muchos mapas más antiguos señalan la región de Salt Lake. Sin embargo, es problemático para algunos porque, según los códices, Aztlán era en realidad un lugar de opresión; por eso la gente huyó de allí. A pesar de esto, muchos se refieren a lo que antes era México, ahora el suroeste de Estados Unidos, como Aztlán, que en realidad es una idea diferente.

A pesar de esto, si se hace conjuntamente y como iguales, todas estas objeciones quizás podrían superarse. ¿Quizás podría surgir un tipo diferente de nación con una geografía diferente, organizada de manera diferente y quizás con un nombre diferente, como: Nación Xicana o Nación Mazehual? Además, si se tratara de una nación Indígena-AfroAmericana y de La Raza, la dinámica sería diferente. Lo que también podría resultar es que, en lugar de una nueva nación geográfica, una amplia coalición de fuerzas progresistas, que podría incluir pueblos Indígenas-AfroAmericanas y de La Raza, tal vez podría reconstruir la nación actual.

Suena radical, pero menos que someter a los pueblos a vivir permanentemente en este país como seres humanos menos que plenos, sin plenos derechos humanos y como "enemigos forasteros". Lo que es aún más radical es sentarse esperando que el destino de uno sea determinado por los supremacistas blancos y su querido líder infectado por el C-19, en lugar de que estas comunidades tramen su propio futuro (s).

Roberto Dr. Cintli Rodríguez es profesor asociado en la Universidad de Arizona de Estudios Mexicoamericanos y es autor de varios libros, entre ellos "Our Sacred Maiz is Our Mother" (2014) y "Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World" ( 2019). Envíe un correo electrónico a XColumn@gmail.com.

Progressive Populist, 1 de noviembre de 2020

From The Progressive Populist, November 1, 2020


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