A Triple Code Red for Humanity

By ROBERTO RODRIGUEZ

(Vea la versión en español a continuación.)

If my mom were alive today, she would say that the worldwide chaos we are living – especially as a result of COVID and climate change — is a sign that the endtimes are near. Every hurricane, flood, drought, plague or any other major natural disaster would trigger such a prognosis. Today, she probably would be considered a prophet.

Have we indeed reached the endtimes?

Certainly, many religions worldwide preach that. But what do the scientists say?

In effect, that’s what “climate change” is all about. The UN’s climate change report, released this August, issued a code red for humanity. While there are many studies on climate change, the only real source of disagreement is the date in which this extreme worldwide calamity will unfold. That is the consensus of virtually all the world’s scientists. They are in agreement that if not addressed immediately on a global scale, it will threaten not simply humanity, but the planet itself, this beginning in 10 years. Incidentally, with the melting of the polar ice caps, raging forest fires and droughts worldwide, some believe that that point of no return is already upon us.

About the same percentage of the world’s scientists and medical professionals are in agreement that COVID represents another code red for humanity, that if not addressed immediately on a global scale, will continue to pose a grave danger to humanity. And then there is that 1% of scientists or medical professionals – think US Rep. Rand Paul – who scoff at the “mainstream” medical and scientific community, even though their own medical expertise has nothing to do with viruses or pandemics. etc. And on this topic, it is Rep. Marjorie Taylor Greene, a conspiracy buff – with zero medical or scientific expertise – that is driving the anti-vaccine narrative on social media, along with the pro-COVID Governors Ron DeSantis of Florida and Greg Abbott of Texas.

The United States should merit its own separate code red as we absolutely are living in a divided nation, arguably already in the midst of a low intensity Second Civil War. This can clearly be demonstrated in virtually everything Americana, especially as it relates to values and ethics, which actually brings us to the 2020 census, which data was released this past month. In a nutshell, the browning of America continues as it shows that the white population has stopped growing. It is clearly what fuels the angst of the fanatical or extremist wing of the U.S. political spectrum, including the GOP, which continues to be beholden to their dear leader, determined not simply to overturn that past election, but to literally overthrow the government and send us back to the 19th century.

And then there is Afghanistan. Twenty years of US military presence and the recent developments there have simply shown that the United States was never actually embraced there; no imperial power has ever succeeded in Afghanistan. Given what has happened there, it makes one wonder about Iraq; that war and invasion had even less legitimacy than Afghanistan, as everything about it was trumped up by an outlaw US administration. How long would the government of Iraq last if the US occupation force were to also leave after nearly 20 years?

But returning to the topic of a second civil war, it didn’t just start with the Orange Madman and the storming of the capitol on Jan. 6. The irony is that conservatives are clear about this war; that’s why reasoned arguments, facts or logic have zero effect on them, especially as it relates to all matters before Congress. While some liberals in Congress are complicit in this war, most are at best naive, thinking that if they appease their counterparts, they might eventually come over to their side. One such example is the issue of immigration, and the border wall.

The process of dismantling the wall – the ultimate symbol of fear and hate – should have begun on day one of the Biden administration, not simply cutting off its funding. If the wall remains in place, there is little doubt what will happen if the GOPers once again take back control of the White House. And in regards to the surge at the border, if the president wants to distinguish himself and his policies from that of his white-supremacist predecessor, he needs to implement policies that treat migrants and refugees as full human beings, with corresponding full human rights, not as invading Brown and Black hordes. And truly, throw in race – exploit it – and that is what becomes the fuel for this second [racial] civil war: the great replacement theory and thus their need for more guns.

Can all this be called a theory when racial hatred and violence in this country continues to rise, or is it but confirmation of another code red for this country?

Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor emeritus at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014) and “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019). Email XColumn@gmail.com


Un Triple Código Rojo Para La Humanidad

Por ROBERTO RODRIGUEZ

Si mi mamá estuviera viva hoy, diría que el caos mundial que estamos viviendo, especialmente como resultado del COVID y el cambio climático, es una señal de que el fin de los tiempos está cerca. Cada huracán, inundación, sequía, plaga o cualquier otro desastre natural resultaba en tal pronóstico. Hoy en día, probablemente sería considerada una profeta.

¿De verdad hemos llegado al fin de los tiempos?

Ciertamente, muchas religiones en todo el mundo predican eso. Pero, ¿qué dicen los científicos?

En efecto, de eso se trata el "cambio climático". El informe de la ONU sobre el cambio climático, publicado en agosto, emitió un código rojo para la humanidad. Si bien existen muchos estudios sobre el cambio climático, la única fuente real de desacuerdo es la fecha en la que se desarrollará esta extrema calamidad mundial. Ese es el consenso de prácticamente todos los científicos del mundo. Están de acuerdo en que si no se aborda de inmediato a escala global, amenazará no solo a la humanidad, sino al planeta mismo, esto a partir de 10 años. Por cierto, con el derretimiento de los casquetes polares, los furiosos incendios forestales y las sequías en todo el mundo, algunos creen que ese punto sin retorno ya está sobre nosotros.

Aproximadamente el mismo porcentaje de científicos y profesionales médicos del mundo están de acuerdo en que COVID representa otro código rojo para la humanidad, que si no se aborda de inmediato a escala mundial, seguirá representando un grave peligro para la humanidad. Y luego está ese 1% de científicos o profesionales médicos, piense en el representante de los Estados Unidos Rand Paul, que se burlan de la comunidad médica y científica "convencional", a pesar de que su propia experiencia médica no tiene nada que ver con virus o pandemias. Y sobre este tema, es la representante Marjorie Taylor Greene, una aficionada a la conspiración, sin experiencia médica o científica, la que está impulsando la narrativa contra las vacunas en las redes sociales, junto con los gobernadores pro-COVID Ron DeSantis de Florida y Greg Abbott de Texas.

Estados Unidos debería merecer su propio código rojo separado, ya que vivimos en una nación dividida, posiblemente ya en medio de una Segunda Guerra Civil de baja intensidad. Esto se puede demostrar claramente en prácticamente todo lo estadounidense, especialmente en lo que se refiere a los valores y la ética, lo que en realidad nos lleva al censo de 2020, cuyos datos se publicaron el mes pasado. En pocas palabras, el “Browning” de los Estados Unidos continúa, ya que muestra que la población blanca ha dejado de crecer. Es claramente lo que alimenta la angustia del ala fanática o extremista del espectro político de Estados Unidos, incluido el Partido Republicano, que sigue en deuda con su “querido líder,” decidido no simplemente a revertir esas elecciones pasadas, sino a derrocar literalmente al gobierno y enviar nos remontamos al siglo XIX.

Y luego está Afganistán. 20 años de presencia militar estadounidense y los recientes acontecimientos allí simplemente han demostrado que Estados Unidos nunca fue realmente acogido allí; ninguna potencia imperial ha tenido éxito en Afganistán. Dado lo que ha sucedido allí, uno se pregunta sobre Irak; que la guerra y la invasión tenían incluso menos legitimidad que Afganistán, ya que todo fue inventado por una administración estadounidense fuera de la ley. ¿Cuánto tiempo duraría el gobierno de Irak si la fuerza de ocupación estadounidense también se fuera después de casi 20 años?

Pero volviendo al tema de una segunda guerra civil, no solo comenzó con el expresidente y el asalto al capitolio el 6 de enero. La ironía es que los conservadores tienen claro esta guerra; es por eso que los argumentos, los hechos o la lógica razonados no tienen ningún efecto sobre ellos, especialmente en lo que se refiere a todos los asuntos que se someten al Congreso. Si bien algunos liberales en el Congreso son cómplices de esta guerra, la mayoría son, en el mejor de los casos, ingenuos y piensan que si apaciguan a sus contrapartes, eventualmente podrían ponerse de su lado. Un ejemplo de ello es el tema de la inmigración y el muro fronterizo.

El proceso de desmantelamiento del muro, el símbolo máximo del miedo y el odio, debería haber comenzado el primer día de la administración Biden, no simplemente cortar su financiamiento. Si el muro permanece en su lugar, hay pocas dudas de lo que sucederá si los republicanos vuelven a tomar el control de la Casa Blanca. Y con respecto al aumento en la frontera, si el presidente quiere distinguirse a sí mismo y a sus políticas de las de su predecesor supremacista blanco, necesita implementar políticas que traten a los migrantes y refugiados como seres humanos plenos, con los correspondientes derechos humanos plenos. no como hordas invasoras de las Razas Indígenas y Africanas. Y en verdad, explotan el tema de Razas, y eso es lo que se convierte en el combustible para esta segunda guerra civil [racial]: la gran teoría del reemplazo y, por lo tanto, su necesidad de más armas.

¿Se puede llamar a todo esto una teoría cuando el odio racial y la violencia en este país continúan aumentando, o es solo la confirmación de otro código rojo para este país?

Roberto Dr. Cintli Rodríguez es profesor asociado emérito en la Universidad de Arizona y es autor de varios libros, incluido "Yolqui: un guerrero convocado desde el mundo espiritual". También dirige el Raza Killings Database Project: Xcolumn@gmail.com

From The Progressive Populist, September 15, 2021


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