Stereotypes Generally Rooted in White Supremacy and Misogyny

By ROBERTO Dr. CINTLI RODRIGUEZ

(Vea la versión en español a continuación.)

The issue of stereotypes never goes away because the stereotypes never go away. This time it’s about Speedy Gonzalez, Slow Poke Rodriguez and Pepé Le Pew and whether they should be in the new “Space Jam” movie.

In my study of maiz, I examined the issue of cultural root paradigms vs. stereotypes. The obvious question: what’s the difference, and is there consensus on this topic? The quick answer: No.

A cultural root paradigm is an affirming characteristic of a people and usually comes from within the culture. For Mexican people, their flag with the eagle atop a cactus devouring a serpent – an origin-migration story – fits this paradigm. Cuauhtemoc, the last defender of the Aztec-Mexica, revolutionaries Emiliano Zapata, Pancho Villa, Adelita and Valentina, and the legend of the volcanos, outside of Mexico City – Popocatepetl and Iztaccihuatl – the Pyramids of Teotihuacan and the Virgen de Guadalupe, also fit here.

A stereotype is something dehumanizing and generally from outside the culture. Mexicans as aliens, bandits, gang members, villains, spitfires or “loose” Mexican women, fit here. A sarape-wearing Mexican, sleeping against a cactus, is the quintessential stereotype, though some instead see it as representing the culture, arguing that Mexicans take siestas because they work hard all day.

There are always exceptions. A tortilla, for example – a staple Mexican/Indigenous food for thousands of years – is one of the best examples of a cultural root paradigm. However, it can be demeaned. In the 1980s, UCLA Raza students protested against the racism/sexism of one of the fraternities. During the protest, fraternity members drove by and threw tortillas at them. Other Indigenous foods are often also turned into racist pejoratives, such as chili-eaters, taco-benders and beaners, etc. Contrarily, stereotypes can be taken back; many Mexicans proudly refer to themselves as frijoleros [bean people]. Same with the “Treasure of the Sierra Madre”’s: “Badges? We don’t need no stinkin’ badges,” which attitude arguably inspired: “We didn’t cross the border – the border crossed us.”

Stereotypical images of Black peoples are notorious, including Aunt Jemima, Sambo, Amos and Andy (1928-1960) – white guys in Blackface). Stereotypical images of American Indians in Hollywood, including as sports team mascots, are also legion. The same is true of Asians and Arabs-Muslims. While all peoples have been subjected to stereotypes, people of color being treated as less than human continues to be a part of today’s reality.

Here, it is Indigenous-Black-Brown peoples that are subjected to police/extremist violence, including skyrocketing hate crimes against Asian Americans, compliments of the former white supremacist-in-chief, with the mass killing of Asian women in Atlanta as Exhibit A. The commonality here is dehumanization, which translates into what Otto Santa Ana has described in “Brown Tide Rising”: “Only humans have human rights.”

Coming from Mexico in 1960 as a child, my first exposure to demeaning stereotypes began with television and Hollywood, including cartoons and commercials. This included self-hating people that looked like me on L.A.’s Eastside, referring to themselves as “Spanish” or “American;” certainly not Mexican, who, along with “gabachos,” commonly referred to us as “wetbacks-mojados.”

That was the Cisco Kid era. Cisco was the protagonist and Pancho was his sidekick. “Hey Ceesco”... “Yes Pancho?”

Much of the “humor” that we were subjected to was language-based. It was also the era of “West Side Story,” where Rita Moreno spoke in a “Puerto Rican accent,” admittedly heavily exaggerated for the movie. It was also the era of “I Love Lucy” in which Ricky Ricardo was always the butt of everyone’s jokes, based on language. That was the Golden era of stereotypes with the racialized accent - which generally equated to being stupid, especially on the playground. To this day, it grates peoples’ ears to hear fake “Mexican accents”: “Where is your seester?”

It was the same era of the Mexican Frito Bandito (arriba!! arriba!!) and then later, “Yo quiero Taco Bell’s” Chihuahua. The stereotypes are innumerable. Today, Jimmy Kimmel and his sidekick Guillermo are pretty much a reprisal of Cisco and Pancho. And there was/is no relief on Spanish-language television where it appears to be: only light-skinned [fake] blondes need apply.

As someone who came to this country knowing but one word of English (toilet), it was a struggle to learn the language in an environment of hate … and then there was Charo and her language schtick, a role that Sofia Vergara seems to have inherited.

Those with different experiences – “because there was nothing else on TV” – will see things differently. Because it involved mocking and being corrected by anyone that “knew” the language – some of us have never looked at such characters kindly for their role in reinforcing this linguistic imperialistic and racist behavior.

On this topic, Mexican superstar actress of yesteryear, Maria Felix, continues to inspire. She came to Hollywood and then returned, refusing to play the stereotypical roles expected of her. This generation has seemingly lost that memory.

“Hasta La Victoria Siempre”! Cabrones!

Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014) and “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019). Email XColumn@gmail.com

Estereotipos generalmente arraigados en la supremacía blanca y la misoginia

Por ROBERTO Dr. CINTLI RODRIGUEZ

El tema de los estereotipos nunca desaparece, porque los estereotipos nunca desaparecen. Esta vez se trata de Speedy González, Slow Poke Rodríguez y Pepé Le Pew y si deberían estar incluídos en la nueva película de "Space Jam".

En mi estudio sobre la cultura del maiz, examiné el tema de los paradigmas de raices culturales en comparación con los estereotipos. La pregunta obvia: ¿cuál es la diferencia, y hay consenso sobre este tema? La respuesta rápida: No.

Un paradigma de raíz cultural es una característica afirmativa de un pueblo y por lo general proviene de dentro de la cultura. Para los Mexicanos, su bandera con el águila encima de un cactus devorando una serpiente  - una historia de origen-migración - se ajusta a este paradigma. Cuauhtémoc, el último defensor de los Aztecas-Mexicas, los revolucionarios Emiliano Zapata, Pancho Villa, Adelita y Valentina, y la leyenda de los volcanes, fuera de la Ciudad de México - Popocatépetl e Iztaccihuatl - las Pirámides de Teotihuacan y la Virgen de Guadalupe, también caben aquí.

Un estereotipo es algo deshumanizante y generalmente de fuera de la cultura. Mexicanos como  extranjeros, bandidos,  pandilleros, villanos, y  mujeres sexy y "sueltas," encajan aquí. Un Mexicano con sarape, dormido contra un cactus es el estereotipo máximo, aunque algunos en cambio lo ven auténticamente como una representación de la cultura, argumentando que los Mexicanos toman siestas porque trabajan duro todo el día.

Siempre hay excepciones. Una tortilla, por ejemplo, un alimento básico Mexicano/Indígena durante miles de años, es uno de los mejores ejemplos de una paradigma de raíz cultural. Sin embargo, se puede degradar. En la década de 1980, los estudiantes Chicanas y Chicanos de UCLA protestaron contra el racismo/sexismo de una de las fraternidades. Durante la protesta, los miembros de una fraternidad pasaron por delante y les lanzaron tortillas. Otros alimentos Indígenas muchas veces también se convierten en peyorativos racistas, como chili-eaters (comedores de chile), taco-benders (doblador de tacos) y frijoleros, etc. Contrariamente, los estereotipos pueden ser retomados; muchos Mexicanos se refieren orgullosamente a sí mismos como frijoleros.  Lo mismo con la frase en el Tesoro de la Sierra Madre (en Ingles):"¿Insignias? No necesitamos insignias apestosas", lo que  podría decirse que inspiró: "No cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó".

Las imágenes estereotipadas de los pueblos Afro-Americanos son notorias, incluyendo Aunt Jemima, Sambo, Amos y Andy, 1928-1960 (Blancos en blackface o maquillaje negro). Las imágenes estereotipadas de los pueblos originarios de los Estados Unidos en Hollywood, incluyendo como mascotas de equipos deportivos, también son legión. Lo mismo ocurre con los Asiáticos y los Árabes-Musulmanes. Mientras que todos los pueblos han sido sometidos a estereotipos, las personas de color que son tratadas como menos que ser humanos siguen siendo parte de la realidad actual.

En este país, son los pueblos Indígenas-Afro-Americanos y de la Raza, los quienes son objeto de violencia policial/extremista, incluyendo crímenes de odio recientes contra los Asiático-Americanos, elogios del ex supremacista en jefe blanco, con el asesinato masivo de mujeres Asiáticas en Atlanta como el mejor ejemplo. Lo común aquí es la deshumanización, que se traduce en lo que Otto Santa Ana ha descrito en Brown Tide Rising:" Sólo los seres humanos tienen derechos humanos".

Viniendo de México en 1960 cuando era niño, mi primera exposición a estereotipos degradantes comenzó con la televisión y Hollywood, incluyendo las caricaturas y comerciales. Esto incluyó a personas que se odiaban a sí mismas que se parecían a mí, en el Este de Los Ángeles,  refiriéndose a sí mismos como "Españoles" o "Americanos" y para nada, Mexicanos, que, junto con los "gabachos",  comúnmente  se referían a nosotros como "wetbacks o mojados".

Esa era la era del Cisco Kid. Cisco fue el protagonista y Pancho fue su compañero. "Hey Ceesco"... "Sí Pancho?"

Gran parte del "humor" al que fuimos sometidos estaba basado en el lenguaje. También fue la era de West Side Story, donde Rita Moreno habló con un "acento puertorriqueño", ciertamente  muy exagerada, precisamente para la película. También fue la era de I Love Lucy en la que Ricky Ricardo siempre fue el colon de todos los chistes, basados en su malentendimiento del lenguaje. Esa fue la época dorada de los estereotipos con el acento racializado - que generalmente equivalía a ser estúpido, especialmente en las escuelas. Hasta el día de hoy, ralla los oídos de la gente para escuchar falsos "acentos Mexicanos": "¿Dónde está tu seester?"

Era la misma época del Frito Bandito Mexicano (arriba!! arriba!!) y luego, el Chihuahua  de Taco Bell: "Yo quiero Taco Bell." Los estereotipos son innumerables. Hoy, Jimmy Kimmel y su compañero Guillermo son más o menos una represalia de Cisco y Pancho. Y no hubo /no hay alivio en la televisión en Español donde parece ser que sólo las rubias [falsas] de piel blanca necesitan aplicar.

Como alguien que vino a este país sabiendo sólo una palabra de inglés: toilet o escusado, fue una lucha para aprender el idioma en un ambiente de odio... y luego estaba el caso de Charo y su papel de fingir que no sabia el idioma,  un papel que Sofía Vergara parece haber heredado.

Aquellos con experiencias diferentes -  "porque no había nada más en la televisión"  - verán las cosas de manera diferente. Porque implicaba burlarse y ser corregido por cualquiera que "conociera" el idioma - algunos de nosotros nunca hemos mirado a tales personajes amablemente por su papel en el refuerzo de este comportamiento imperialista lingüístico y racista.

Sobre este tema, la superestrella actriz Mexicana de antaño, María Félix, sigue inspirando. Llegó a Hollywood y luego regresó a México, negándose a interpretar los papeles estereotipados que se esperaban de ella. Esta generación aparentemente ha perdido esa memoria.

"Hasta La Victoria Siempre"! ¡Cabrones!

Roberto Cintli Rodríguez es profesor asociado en la Universidad de Arizona de Estudios Mexicoamericanos y es autor de varios libros, incluyendo Our Sacred Maiz is our Mother - "Nuestro Sagrado Maiz es nuestra Madre" (2014) y "Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World – Yolqui: Un guerrero invocado del mundo del espíritu" (2019). Correo electrónico XColumn@gmail.com
The Progressive Populist, 15 de abril de 2021

From The Progressive Populist, April 15, 2021


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