I am going to go out on a limb and say that the United States was not founded upon the principles of democracy nor has it ever been a true democracy nor is it a democracy today.
Thus, when políticos argue that America goes to war to fight for, or to defend, or to spread democracy, one has to, at minimum. ask what definition of democracy is being employed? Is illegally invading countless nations and promoting military coups, especially between the 19th-21st centuries, count as promoting democracy?
Also, the fairy tale version of the nation’s founding omits mention of genocide, mass rape, land theft, slavery and dejure and defacto segregation and discrimination. It usually even omits the reality that only landed white male citizens were able to vote.
That essentially means everyone else was excluded from participatory democracy.
Virtually all US institutions were created to protect either slavery and/or maintain power amongst the white elite, i.e., minority or apartheid rule. Even to this day, for example, the Senate, the Supreme Court and especially the Electoral College, are not vestiges of that founding history, but are actually mechanisms that permit, if not ensure, political and racial apartheid today. And that is just on the electoral front.
Before proceeding, perhaps people who may disagree with this assessment, might want to answer this question: When, if ever, did the United States function or become a democracy?
To answer this question, we have to go back to definitions: What is democracy?
Most people would probably answer that a democracy is a system in which the majority rules or majority views prevail. In such a system, respect for minority rights is essential. The opposite of such a system would be an autocracy or a dictatorship, especially by the minority. If we take the previous administration into account, one could argue that that was a kleptocracy — a form of government that primarily benefited the president, his family and his closest cronies.
But that aside, a democracy would have to necessarily be a society that promotes both, universal human rights and freedom at home and abroad. Yet, in the history of this country, the United States has rarely ever lived up to the notion of providing full rights and freedoms for all its inhabitants, including those of other countries. At home, to this very day, laws are being passed to suppress voting by people of color and to take away rights from women, people of color, and the LGBTQ communities, etc.
However, what it has done, is promote itself in US history books and in the media as the beacon of freedom and democracy at home and abroad. Since what year? Also, in what year did the United States achieve: “Justice for all”?
The impending overturning of Roe v Wade by the US Supreme Court will be setting back the rights of women to the previous century. And just who are the Supreme Court justices that can impose their minority and repressive views upon the majority of the population? That’s the antithesis of democracy. And where is the Senate in all this in which Montana has the same amount of senators as California? Is this representative democracy? Proof of the genius of the founding fathers? Not quite.
And now we get to the electoral college, in which the loser of the popular vote can win via this college. Again, this is not a relic, but rather, a mechanism that ensures political and racial apartheid for the losing party, read, the GOP.
To be sure, Democracy is much more than voting. Such a system should protect the rights of everyone and yet the example above regarding Roe v Wade, tells us something about democracy U.S style. Another example is the issue of the US system of injustice.
For example, the United States continues to operate the world’s largest carceral system. It also leads all the Western democracies in the incidence of police abuse, brutality and killings. These are killings that are characterized by a near 100% impunity. Similarly the killing of Native, African-American and migrant women also take place within an environment of impunity, enabled by the US judicial system. All this in a nation of laws; that’s why the old expression “just us” was birthed.
This is the reality of this country. However, especially in times of war, we are subjected to this propaganda about being the beacon of democracy and the hope for humanity. When confronted with this reality, the counter argument always seems to be that the country was founded on these aspirational ideals and that it is but an experiment, which is not yet over.
On the other hand, the rise of and normalization of white supremacy is ascendant everywhere including within the GOP. Remember Atlanta. Remember El Paso. Remember Buffalo.
Prove me wrong.
Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor emeritus at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014), “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019) and “Writing 50 years Amongst the Gringos,” published recently by Aztlan Libre Press. Email XColumn@gmail.com.
por el Dr. CINTLI
Voy a arriesgarme y decir que Estados Unidos no se fundó sobre los principios de la democracia ni nunca ha sido una verdadera democracia ni es una democracia hoy.
Por lo tanto, cuando los políticos argumentan que Estados Unidos va a la guerra para luchar, defender o difundir la democracia, uno tiene que preguntarse, como mínimo, ¿qué definición de democracia se está empleando? ¿Invadir ilegalmente innumerables naciones y promover golpes militares, especialmente entre los siglos XIX-XXI, cuenta como promover la democracia?
Además, la versión de cuento de hadas de la fundación de la nación omite la mención del genocidio, la violación masiva, el robo de tierras, la esclavitud y la segregación y discriminación de jure y de facto. Por lo general, incluso omite la realidad de que solo los ciudadanos varones blancos terratenientes podían votar.
Eso significa que casi todos los demás fueron excluidos de la democracia participativa.
Prácticamente todas las instituciones estadounidenses se crearon para proteger la esclavitud y/o mantener el poder entre la élite blanca, es decir, la minoría o el régimen del apartheid. Incluso hasta el día de hoy, por ejemplo, el Senado, la Corte Suprema y especialmente el Colegio Electoral, no son vestigios de esa historia fundacional, sino mecanismos que permiten, si no aseguran, el apartheid político y racial en la actualidad. Y eso es sólo en el frente electoral.
Antes de continuar, quizás las personas que no estén de acuerdo con esta evaluación quieran responder esta pregunta: ¿cuándo, si es que alguna vez, funcionó Estados Unidos o se convirtió en una democracia?
Para responder a esta pregunta, ¿tenemos que volver a la definición de democracia?
La mayoría de la gente probablemente respondería que una democracia es un sistema en el que prevalecen las reglas de la mayoría o las opiniones de la mayoría. En tal sistema, el respeto por los derechos de las minorías es crucial. Lo opuesto a tal sistema sería una autocracia o una dictadura, especialmente por parte de la minoría. Si tomamos en cuenta la administración anterior, se podría argumentar que fue una cleptocracia, una forma de gobierno que benefició principalmente al presidente, su familia y sus allegados más cercanos.
Pero aparte de eso, una democracia tendría que ser necesariamente una sociedad que promueva tanto los derechos humanos universales como la libertad en casa y en el extranjero. Sin embargo, en la historia de este país, Estados Unidos rara vez ha estado a la altura de la noción de brindar plenos derechos y libertades a todos sus habitantes, incluidos los de otros países. En casa, hasta el día de hoy, se están aprobando leyes para minimizar el voto de las personas de color y quitarles los derechos a las mujeres, las personas de color y las comunidades LGBTQ, etc.
Sin embargo, lo que ha hecho es promocionarse en los libros de historia de Estados Unidos y en los medios de comunicación como el faro de la libertad y la democracia en el país y en el extranjero. ¿Desde qué año? Además, ¿en qué año Estados Unidos logró “Justicia para todos”?
La anulación inminente de Roe v Wade por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos hará retroceder los derechos de las mujeres al siglo anterior. ¿Y quiénes son los jueces de la Corte Suprema que pueden imponer sus opiniones minoritarias y represivas sobre la mayoría de la población? Esa es la antítesis de la democracia. ¿Y dónde queda el Senado en todo esto en el que Montana tiene la misma cantidad de senadores que California? ¿Democracia representativa? ¿Prueba del genio de los padres fundadores? No exactamente.
Y ahora llegamos al colegio electoral, en el que el perdedor del voto popular puede ganar a través de este colegio. Nuevamente, esto no es una reliquia, sino más bien un mecanismo que asegura el apartheid político y racial para el partido perdedor, es decir, en este caso, el Partido Republicano.
Sin duda, la democracia es mucho más que votar. Dicho sistema debería proteger los derechos de todos y, sin embargo, el ejemplo anterior con respecto a Roe v Wade nos dice algo sobre la democracia al estilo estadounidense. Otro ejemplo es el tema del sistema estadounidense de injusticia.
Por ejemplo, Estados Unidos continúa operando el sistema penitenciario más grande del mundo. También lidera a todas las democracias occidentales en la incidencia de abusos policiales, brutalidad y asesinatos. Estos son asesinatos que se caracterizan por la impunidad. De manera similar, el asesinato de mujeres nativas, afroamericanas y migrantes también tiene lugar en un ambiente de impunidad, habilitado por el sistema judicial estadounidense. Todo esto, en una nación de leyes; por eso nació la vieja expresión ““Just Us” (o “solo nosotros”).
Esta es la realidad de este país. Sin embargo, especialmente en tiempos de guerra, estamos sujetos a esta propaganda de ser el faro de la democracia y la esperanza de la humanidad. Cuando se confronta con esta realidad, el contraargumento siempre parece ser que el país se fundó sobre estos ideales aspiracionales y que no es más que un experimento, que aún no ha terminado.
Por otro lado, el surgimiento y la normalización de la supremacía blanca es ascendente en todas partes, incluso dentro del Partido Republicano. Recuerda Atlanta. Recuerda El Paso. Recuerda Búfalo.
Prueba que estoy equivocado.
Roberto Dr. Cintli Rodríguez es profesor asociado emérito en la Universidad de Arizona y es autor de varios libros, incluido “Yolqui: un guerrero convocado desde el mundo espiritual”. También dirige el Raza Killings Database Project: Xcolumn@gmail.com
From The Progressive Populist, June 15, 2022
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